martes, 1 de septiembre de 2015

Amado clavel

Mi amado clavel, tan dulce y querido,
Estas formando parte en mi vida,
Aunque suene absurda la ironía,
Enormemente inundas mi alma de tu aroma

Si por causa de este cruel  destino,
Dejas de vivir como ahora que resplandeces,
Búscame en la oscura noche aquella,
Donde se ilumina tu recuerdo ausente.

Esta carta que hoy escribo con amor,
Es para ti mi dulce, bella y tierna flor,
Que me llenas de alegría,
Dulce miel que libras mi tormento.

Si dudas tienes, del amor que profeso
Al decir tu nombre: siente mi beso,
Y sabrás que es real este sentimiento,
Pues en mí; no es usual el invento.

Y como te abrigo si tu belleza es desnuda,
Lejos del calor han de ser tus frías noches,
Deja que mis manos sean el cuidador,
Hasta el día que tus hojas queden secas
Mas sin embargo seras bien conservado.

Y hoy; amado clavelito mío, en esta serena
Y delicada noche observándote,
Quiero descifrar el asunto este del amor,
De saber que estas ahí aunque solo, estas pleno.

 Por eso tierno amor de mis amores,
La mañana  que despiertan las flores
Y cantan las aves en tu morada,
De tu amor eterno,
 Haces sentir a una mujer bien amada.

Verónica Diaz


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